Alejandro Guevara
Arroyo
1.
Actividad de defensa de tesis
El día 22 de agosto del 2012 tuve
ocasión de escuchar una presentación de la memoria del seminario de graduación
de licenciatura en Filosofía, realizada por Greivin Corrales y Adrián Ramírez.
La investigación se intitula “Consideraciones sobre
metodología en la filosofía de la biología: la crítica popperiana a la teoría
de la evolución de las especies”.
En la mesa examinadora se encontraban los profesores Guillermo Coronado
(director), Edgar Roy Ramírez, Oscar Navarro (como lectores), Roberto Fragomeno
(director de la escuela de Filosofía, UCR) y David Sánchez (también
representante de la escuela).
El texto que preseto a continuación incluye cuestiones algo técnicas de la filosofía de la ciencia.
El texto que preseto a continuación incluye cuestiones algo técnicas de la filosofía de la ciencia.
1.1.
Crítica de popper al darwinismo
La
investigación se ocupa de una crítica de K.R. Popper -en realidad poco
desarrollada por el pensador- contra una forma del darwinismo, el
adaptacioncista. Esta causó –como era de esperarse- muchos anticuerpos entre
filósofos de la biología y biólogos.
La
crítica más importante de Popper es la siguiente[1].
En el darwinismo existe una hipótesis de considerable importancia dentro del
corpus teórico, que puede presentarse en la fórmula “la especie que se adapta
sobrevive y la que sobrevive se adapta”. El pensador austriaco afirmó que esta
hipótesis fundamental es una tautología, por tanto necesariamente verdadera.
Consecuentemente, dada la forma lógica del enunciado, cualquier inferencia será
también verdadera. Utilizando el criterio de falsabilidad (infra), esto conlleva que cualquier teoría que incluya una
hipótesis fundamental de estas características no será científica.
1.2.
El contra-argumento más interesante
El contra-argumento
de mayor interés de Ramirez y Corrales, es el siguiente. La fórmula tautológica
tal y como la presenta Popper no es una hipótesis central en el darwinismo. De
forma que sí es posible sustituirla y someter a contrastación la teoría.
2.
Comentarios del tribunal examinador
El principal interés de este escrito es
criticar los comentarios de varios integrantes del tribunal[2]
examinador contra la metodología popperiana (imprecisamente llamada por ellos
‘Popper’).
2.1.
Advertencias
a.
Sobre los profesores
Antes
de presentar los comentarios de los profesores y criticarlos, debo aclarar que su
finalidad es totalmente intelectual (i.e. la discusión de ideas). No tengo
hasta la fecha ningún conflicto humano con estas personas y al contrario,
admiro enormemente su labor como investigadores y como docentes (varios de
ellos han sido y continúan siendo de amplia influencia en mis estudios e
investigaciones).
Debo
agregar, en el caso del señor director de la escuela de filosofía Roberto
Fragomeno, que respeto enormemente la intachable honestidad con que lleva su
gestión, la sensatez evidente de las políticas que promueve y la enorme energía
con que las lleva a buen puerto. De forma que mis palabras no deben ser
interpretadas en ningún sentido ad-hominem.
Muy al contrario, mi intención es propiciar mayor diálogo y discusión en
torno a los problemas de meta-teoría de la ciencia (sean naturales y/o
sociales).
b.
Sobre mi interpretación
La
segunda aclaración que deseo introducir, es que yo realizo una interpretación
de lo que recuerdo que se dijo en dicha actividad. Asimismo, dadas las
características de lo dicho, debo efectuar una reconstrucción racional que
intenté presentar las críticas sin metáforas y/o sin personalizaciones (o
psicologismos). Esto con el fin de que la crítica recaiga sobre las posiciones
más solidas y potentes que se me puedan ocurrir.
En
cualquier caso, si lo que presento a continuación no se corresponde con lo
dicho explícitamente o con la intención de los profesores, aún así tiene algún
valor intelectual el analizar tales críticas. En este último supuesto, serían
al menos una lógicamente posible vía de crítica contra el popperianismo. El
análisis de tal crítica puede servir para descartar ad portas su idoneidad.
2.2.
Críticas a la metodología popperiana
a)
Dado que los biólogos consideran a la biología
evolucionista de tradición darwiniana una ciencia, es Popper quien debería
cambiar su opinión sobre lo que es ciencia.
Interpretación más precisa: Dado que el corpus
teorético de la biología evolucionista es pragmáticamente llamado ‘ciencia’,
entonces, es la metodología o lógica de la ciencia popperiana la que debería
cambiar sus normas y criterios, con vistas en incluir ese corpus.
¬ (a) El
error de esta crítica en que es impertinente el antecedente del condicional,
con respecto al consecuente. Específicamente, esta crítica se infiere de
mezclar aspectos o cuestiones lógicamente diferentes. A su vez, puede que se
deba a una desatención de las características lógicas de la metodología popperiana, y de lo que esta pretende solucionar. Comenzaré por esto último.
Lo
primero que se debe tener en cuenta es que la metodología de la ciencia
popperiana (o lógica de la ciencia) es meta-teórica, normativa y trata sobre el
contexto de validez de la teorías científicas. Lo primero quiere decir que es
una teoría que tiene una relación metalingüística con otras teorías (i.e. lenguaje
objeto), esto es, trata de ellas. Esto significa que los resultados y criterios
desarrollados en la lógica de la ciencia, permiten evaluar a las teorías
científicas.
En
segundo lugar, es una cuestión normativa, esto es, presenta normas. En otras
palabras, la lógica de la ciencia es una teoría prescriptiva. Pero no
‘prescriptiva’ en el sentido que establezca cómo deben investigar los
científicos (asunto que corresponde a ciertos ámbitos propios del contexto del
descubrimiento, v.g. la pedagogía y la metodología de la investigación).
Prescriptiva en el sentido que presenta normas para evaluar dos problemas
principales (i) la legitimidad epistemológica de las teorías científicas frente
a teorías no científicas (i.e. problema de la validez de hipótesis científicas) y (ii) cuáles teorías
científicas son correctas y cuáles no (i.e. problema de la demarcación entre
ciencia y ¬ciencia)[3].
Finalmente,
se colige de lo anterior, la metodología no se ocupa de los creadores de la
ciencia, sino de las teorías científicas, en tanto conjuntos de enunciados. Así
la metodología de la ciencia reconstruye no mucho más que un esqueleto lógico
de las relaciones inferenciales entre los distintos enunciados en que se
expresan los problemas y las soluciones científicas. Claro está, a partir de
ese esqueleto de relaciones lógicas se reconocen otras relaciones
teoréticamente interesantes entre los enunciados en cuestión (v.g.
epistemológicas y ontológicas).
Volvamos a la cuestión de los problemas
que tradicionalmente solucionaban en la metodología de la ciencia.
Para dar respuesta al problema de la
validación de hipótesis científicas, Popper desarrolló los criterios de la falsación:
El método de la
falsación se divide en los siguientes requisitos:
(a) la teoría correcta debe respetar varios
criterios de tipo lógico y
(b) la teoría debe ser verdadera
empíricamente. Para ser más exactos,
debe ser verosímil el considerarla verdadera (Popper, 1983, cap. 5).
(a)
Sobre los requisitos de
tipo lógico, estos se descomponen en tres criterios:
(a.1): El requisito de coherencia lógica
interna del sistema de enunciados.
(a.2): El segundo criterio discrimina
entre teorías con contenido empírico que podrían ser verdaderas y meras tautologías [N.B. La crítica de Popper
a la evolución de ubica en este nivel].
(a.3): Finalmente, tenemos la
comparación lógica entre los distintos sistemas de enunciados, con vistas en
determinar si una teoría podría solucionar más problemas científicos relevantes
(en caso de ser verdadera) frente a otras que le son lógicamente contrarias.
(b) El criterio de la falsación en sentido estricto: Deducimos de un
enunciado condicional con cuantificador universal, que expresa la hipótesis
científica a contrastar (A) y de las condiciones iniciales (I), un enunciado
singular (C), que es una implicación contrastadora.
Ahora bien, si
C es falso (sencillamente, porque no acaece), por modus tolendo tollens, la falsedad se retrotrae de ese enunciado a
sus premisas. Así, la teoría científica con consecuencias falsas es falsa. Si
una teoría es falsa, se abandona y se busca una mejor (Popper, 1980, 31-32).
El criterio de la falsabilidad distingue entre
aquellas teorías que no pueden ser falsados de los que si pueden. Esto es:
aquellos de los que no se les pueden inferir
posibles implicaciones contrastadoras que muestren su falsedad. Así se da
solución al problema de la demarcación. Eso es todo.
Estas reglas metodológicas son
convencionales (Popper, 1980, 53). Por tanto, es un problema el averiguar cuál
conjunto de reglas es preferible y por qué. Responder esto permite comprender
qué tipo de críticas pueden dirigirse contra la metodología popperiana.
La
propia legitimidad de las reglas metodológicas propuestas debe medirse en la
medida que sirvan para alcanzar el objetivo que se proponían cumplir. Según
Popper tal evaluación implica dos tipos de examen. El primero: si en efecto se
pueden distinguir adecuada e intersubjetivamente entre teorías científicas y
teorías no científicas. En segundo lugar: debemos evaluar que las reglas
metodológicas pertenezcan a la clase de las reglas racionales. Son normas y
criterios racionales, en tanto en cuanto estén acordes con un principio
criticista consecuente, como el siguiente: prescribe un “examen crítico [constante, ] la discusión crítica de todos los enunciados que están en
cuestión, con ayuda [siempre] de argumentos [y criterios] racionales [(i.e.
necesariamente intersubjetivos[4])], se [debe] renuncia[r], ciertamente, a las certezas
auto-producidas, pero se tiene [así] la perspectiva de acercarse más a la
verdad mediante el ensayo y el error […] sin llegar, por cierto, jamás a la certeza” (Albert, 1971, 58).
La importancia de las normas de la metodología
popperiana de la falsabilidad (que no deben confundirse con la falsación), no es meramente el que
discriminen con precisión entre un conjunto de enunciados (ciencia y ¬ciencia),
sino que la ciencia -conjunto de enunciados- podrá ser considerada
epistemológicamente valioso, por ser criticable y por esto racional.
¿Por qué es impertinente a)? (i) porque infiere
un criterio para normar teorías, de un hecho social (i.e. que unos hablantes
consideren ciencia a un corpus teorético). Esto es una falacia naturalista.
(ii) Porque es un criterio pragmático que no introduce la idea de la crítica en
la metodología de la ciencia. En este
sentido, aunque puede permitirnos distinguir con alguna precisión entre
distintos usos de la palabra ciencia, no permite mostrar cierto tipo de
relaciones metodológicas valiosas: las de crítica.
b)
Con su crítica, Popper intenta encajonar a todas las
ciencias en el esquema de la física.
Interpretación más precisa: La metodología popperiana
desarrolla criterios meta-teoréticos que sólo pueden ser cumplidos por las
teorías físicas. Esto es un sesgo impertinente en favor de la física, por lo que
no se debe –de entrada- utilizar tan sesgados criterios sobre otras ramas
científicas.
¬ (b) En
parte, creo que atendiendo a las precisiones anteriores debería diluirse un
poco esta crítica. Puedo agregar lo siguiente. En el contexto teorico en que la
falsabilidad popperiana se desarrolló, se respondía se respondía al problema de
la demarcación mediante criterios de significación.
Como ya dije, la falsabilidad depende de otros criterios, los de falsación (que
solucionan un problema distinto).
La
propuesta falsacionista se enfrentó a
la propuesta inductivista y deductivista, mostrando que ambas no permitían
reconstruir válidamente la forma de
contratación de las teorías. Dado que no hay esquema válido (predicado lógico)
de afirmar la verdad de las hipótesis científicas (lato sensu, en una teoría de
la verdad por correspondencia), Popper propuso que sí hay un esquema válido lógicamente de afirmar su
falsedad. Así epistemológicamente, aquello que no se puede demostrar como falso,
debe ser considerado –por buenas razones- verdadero, al menos tentativamente
(pero no ciertamente, como lo intentaba el inductivismo y el deductivismo).
Sea
que las soluciones popperianas a los problemas de la demarcación y de la
validación de hipótesis científicas sean correctas o no, queda claro que lo que
intentan es solucionar problemas lógicos y epistemológicos de las teorías científicas, pero no afirman una
preferencia entre disciplinas.
Dicho
sea al paso, Popper consideró a las disciplinas como una convención administrativa
y social, al tiempo que señaló que no existe algo así como un ‘objeto’ esencial
de cada disciplina. Las teorías
intentan solucionar problemas distintos aunque lógicamente
interconectados.
c)
Popper exige a todas las ciencias que puedan hacer
predicciones[5].
Caso contrario, las descarta como ciencias explicativas. Pero la biología, con
su retrodicciones, es todo menos no-explicativa. De forma que Popper es
nuevamente corto de miras.
Interpretación más precisa: la metodología popperiana
establece como criterio demarcatorio entre ciencia y ¬ciencia, que toda ciencia
debe poder inferir predicciones a partir de sus hipótesis principales. Caso
contrario, no se la puede considerar una ciencia explicativa y
consecuentemente, sus explicaciones no son científicas. Pero la biología
evolucionista brinda una serie de explicaciones muy valiosas, por ejemplo las
retrodicciones, que nos permiten comprender las condiciones ambientales
anteriores que determinan la supervivencia de una cierta especie en un punto
espacio-temporal determinado (punto que por supuesto puede ser bastante amplio
tanto espacial como temporalmente). Calificar tales explicaciones como no
científicas muestra nuevamente que los criterios popperianos están equivocados.
¬c) Esto es sencillamente equivocado. No existe ni en los criterios
de la falsabilidad ni en los de la falsación, preferencia lógica o
epistemológica alguna por las predicciones. Al igual que otras metodologías deductivistas,
la falsación afirma que deben poder inferirse
implicaciones contrastadoras (Hempel) de las hipótesis científicas principales.
La predicción puede ser una implicación contrastadora al igual que una
retrodicción, una explicación, una mera descripción o incluso una aplicación tecnológica.
Si Popper no hizo hincapié en esto (digamos)
es cosa de él (quizá porque en efecto conocía más sobre experimentos físicos
que sobre otras formas de contrastación), pero no se infiere una tal directriz
a favor de las predicciones de los principios metodológicos falsacionistas o de
los falibilistas[6].
De otra forma: las
predicciones son únicamente un sub-conjunto del conjunto de las implicaciones
contrastadoras.
El argumento más fuerte
contra la posición de Popper sobre el darwinismo, es que de hecho sí existe un
conjunto de implicaciones contrastables prohibidas por las hipótesis centrales
del darwinismo, que estas se han sometido a la crítica y que ningún individuo
del conjunto ha sucedido. Esto se debe a que las hipótesis centrales del
darwinismo no son tautologías si son adecuadamente interpretadas. Si las hipótesis centrales del darwinismo
fueran una tautología, no existiría lógicamente tal conjunto. Aún así, la crítica popperiana permite
excluir al menos una interpretación de las ideas darwinianas, esto es: aquellas
que conllevan una tautología.
d)
Algunas críticas aún más imprecisas que se mencionaron,
v.g.: que debería aplicársele Popper a Popper o que su filosofía de la ciencia
no está hecha para ciencias del proceso. Estos comentarios me resultan tan
misteriosos, que ni siquiera intentaré una reconstrucción racional de su
significado.
3) Sobre el valor de la metodología o lógica de la
ciencia popperiana y su contexto teórico-problemático.
Estas
respuestas popperianas surgen en un contexto problemático determinado.
Igualmente, Popper comparte –en mucho o en poco- preocupaciones, enfoques y
conceptos con varios otros pensadores, entre los que se encuentran: el Círculo
de Viena, Russell, Carnap, Tarski, Reinchenbach, Hempel, Salmon y otros (no
obstante, mantuvo una discusión constante con varios). La incomprensión de los
problemas que se intentaban solucionar en este contexto y de sus conceptos
principales, puede llevar a interpretaciones seriamente trivializadas de un
pensador, como las que he comentado en las líneas previas.
Por
otro lado, es probable que estos problemas ya no sean de interés para los
metodólogos de la ciencia contemporáneos. Según parece, actualmente se dedican
a cuestiones mucho más específicas. Las críticas principales a la metodológica
popperiana (ninguna de las cuales fue comentada aquí) pueden llevar a otras
corrientes metodológicas, como la inductivista (normalmente en su forma
probabilista) o la hipotético deductiva más avanzada.
Sin
profundizar mucho en ello creo que es más o menos evidente hoy día que la
metodología popperiana inicial (en especial, la de la Logik der Forschung) no cumple en la solución adecuada de los
problemas que se planteaba o estos han sido reformulados o precisados.
Cualquiera sea el caso, reitero, la metodología popperiana no es incorrecta por
ninguna de las críticas esbozadas previamente.
Aún en
actualidad, pueden desarrollarse posiciones racionalistas
críticas corregidas, aplicables a estos y otros problemas de meta-teoría de
la ciencia, aun cuando sean sólo parcialmente compatibles con la metodología
popperiana. Ante todo, la idea de incluir al error y a la falsedad en la
metodología de la ciencia y excluir la posibilidad de episteme de la
meta-teoría[7],
son principios metodológicos racionalistas críticos desarrollados por Popper de
plena vigencia en la contemporaneidad de la filosofía de la ciencia.
4) Bibliografía
Aunque
no he citado todos los textos (dada la relativa informalidad de esta nota), he
tenido muy en cuenta las siguientes obras[8]:
-
Albert, H. (1971). Tratado sobre la razón crítica (trad. Rafael Gutiérrez Girardot).
Buenos Aires: editorial Sur.
-
Bunge (1983). La
investigación científica. Barcelona: Ed. Ariel.
-
Copi, I. (1974). Introducción a la lógica. Buenos
Aires: Ed. Universitaria de Buenos Aires.
-
Díez, J.; Moulines, C. U. (1997). Fundamentos
de Filosofía de la Ciencia.
Barcelona: Ed. Ariel.
-
Ferrater Mora, J.
(s.f.) Diccionario de filosofía
(quinta edición, 2 tomos). Buenos Aires: editorial
Sudamericana.
-
Popper, K.R. (1980). La lógica de la investigación científica
(Traducción de Victor Sánchez de Zavala, quinta reimpresión). Madrid: Tecnos.
-
___________(1983). Conjeturas y Refutaciones, el desarrollo del
conocimiento científico (trad. N. Míguez). Buenos Aires:
Paidós.
-
___________(1972). Conocimiento Objetivo (trad. Carlos
Solís Santos). Madrid: Tecnos
___________ (1984): Contra las Grandes
Palabras ("Against Big Words"), en Popper, K. (1992): In Search of a Better World. Lectures
and Essays from Thirty years. London/NY: Routledge (Traduccion: José Padrón G.)
-
Hempel, C. (1959). The empiricist criterion of meaning. En: A. J. Ayer (Ed.), Logical Positivism (108-131). New York: The free press.
______________
(1973). Filosofía de la ciencia natural.
Madrid:
Alianza.
-
Russell, B. (1983). El conocimiento
humano (traducción de Néstor Míguez). Barcelona: Taurus.
-
Salmon,
Earman, Glymour, Lennox, Machamer, McGuire, Norton, Salmon & Schaffner,
(1992). Introduction to the Philosophy of
Science. Indianapolis/Cambrige:
United States of America.
-
Suárez, M (2003). Hacking Kuhn. Revista de Filosofía, 2,
261-284.
-
Tarski, A. La concepción semántica de la verdad y los
fundamentos de la semántica (traducción de Paloma García Abad). Tomado de: http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/ .
[1] Existe una segunda crítica que Ramírez y Corrales señalan: Para Popper
“el evolucionismo no sólo no es contrastable, sino que es una aplicación de lo
que Popper llama “lógica situacional”, esto es, un planteamiento no universal
ni universalizable, sino aplicable a una única situación específica y limitada”
(75). Esta idea es incorrecta, fundamentalmente porque tal concepción de la
universalidad –que se le atribuye a Popper,- como requisito de las
regularidades naturales es incorrecta. Toda regularidad natural tiene un ámbito
de aplicación real, en la cual acaece. Esto no niega que se pueda utilizar un
cuantificador universal en el enunciado legaliforme y que correspondientemente,
la regularidad sea universal en su ámbito.
Esto es así tanto en la biología como en la física. Empero, no me extenderé
mucho en esto (aconsejo revisar cualquier manual más o menos contemporáneo de
filosofía de la ciencia, v.g. el de Bunge o el de Diaz/Moulines que cito en la
bibliografía). Corrales y Ramirez están de acuerdo con este contra-argumento
(83-84).
[2] Debo aclarar que ninguno de esos comentarios fue compartido por el
profesor Guillermo Coronado, ni por David Sánchez. Corrales y Ramírez no
señalaron con claridad su posición con respecto a varios de estos puntos.
[3] Existen otros problemas otros problemas semánticos de los que se ocupa
la metodología de la ciencia.
[4] La característica de intersubjetividad como requisito de los criterios
de legitimación de las tesis es muy importante para la argumentación crítica.
Lo contrario a los criterios intersubjetivos es la confianza subjetiva.
[5] Esta idea es también afirmada por Ramírez y Corrales en su tesis: “Sin
embargo para Popper el poder explicativo de la teoría de la evolución es pobre,
tal y como se ha dicho, tomando como punto de partida la adaptación, así como
igualando explicación a poder predictivo” (77).
[6] Un ámbito interesante para mostrar este punto es la historia. Sobra
decir que historiadores como Koyré, Gombrich y el propio profesor de la UCR,
Luis Diego Cascante, infieren implicaciones contrastadoras de sus conjeturas
históricas, mismas que puede ser en cierto sentido falsadas.
[7] Ni que decir de otros criterios fundamentales para la filosofía que
Popper practicó (aunque no sólo él), v.g. la formulación lógicamente precisa de
los problemas y de las soluciones. Sobre
esto, puede revisarse Contra las grandes
palabras precisamente de Popper.
[8] También sugiero revisar otras obras además de la Lógica de la investigación científica de Popper si lo que se
pretende es comprender el racionalismo
crítico como meta-teoría.