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lunes, 12 de febrero de 2018

Algunas conjeturas de ontología científica: realidad y mundo

A continuación presento algunas tesis puntuales sobre ontología científica. Como se dijo anteriormente, son posibles otras muchas conjeturas compatibles con las ciencias. No abordaré aquí los argumentos en favor de tales o cuales opciones alternativas. Es evidente que cada una de estas conjeturas se podrían profundizar aún más. Por ahora, aspiran cuanto mucho a precisar un marco general de presupuestos ontológicos.
(i)             La realidad está constituida por la totalidad de los hechos, estados dinámicos, procesos factuales y sistemas de hechos del universo-mundo (o de universos-mundo, como conjeturan algunas cosmologías científicas contemporáneas) y por las regularidades en los modos en que los hechos, estados dinámicos, procesos factuales y sistemas de hechos se determinan entre sí (i.e. determinan la forma o modo en qué acaecen). Podemos llamarle a esta totalidad la clase de todos los acaecimientos. Sin embargo, debe tenerse presente que la clase misma no forma parte del universo-mundo. Es meramente el nombre de la colección de individuos. Por esto, no vale la pena preguntarse qué determinó (o causó ) la clase de todos los acaecimientos.
(ii)            Las propiedades de todos los hechos, estados de hechos, procesos factuales o sistemas de hechos están determinados -de una u otra forma- por uno o varios hechos, estados de hechos, procesos factuales o sistemas de hechos. En el universo no existe indeterminación absoluta de ningún acaecimiento. Todo cambio está determinado. Sin embargo, no toda forma de determinación es causal. En otras palabras, la determinación causal es un sub-conjunto del conjunto de las clases de determinación que las ciencias reconocen.  
(iii)          El humano –como todo ser vivo- es un sistema de hechos físicos, químicos y biológicos. Como decía B. A. W. Russell: “El hombre es una parte de la naturaleza, no algo en contraste con ella. Sus pensamientos y movimientos corporales siguen las mismas leyes que describen los movimientos de los astros y los átomos (Por qué no soy cristiano; inicio del capítulo Lo que creo)”.
(iv)           Dentro del conjunto total de los hechos biológicos, se encuentran los hechos sociales. En el caso de los hechos sociales humanos, estos tienen algunas características que son más adecuadamente explicadas por teorías que utilizan modelos y leyes no totalmente reductibles a modelos y leyes de los niveles físicos, químicos y biológicos. Esta es una distinción entre clases de teorías y no de la realidad. Además, la forma legítima epistemológicamente de comprender esta distinción es pragmática (o instrumentalista): creamos teorías sociales apelando a tales instancias no-reductibles a otras clases de teorías, pues es más sencillo su manejo racional y explicativo. No obstante, las teorías científico-sociales han de ser al menos compatibles lógicamente con las teorías científico-naturales.
(v)            La mente es o (i) un sistema que surge de la interacción entre el sistema cerebral/sensitivo con la realidad-mundo (y aquel está determinado en muchas formas por este), o (ii) es un acaecimiento en dicho sistema cerebral/sensitivo (las teorías científicas se debaten aún mucho sobre este problema, de forma que no puedo formular una única teoría ontológica sobre el tema). Con todo, me inclino por creer en la segunda opción.
(vi)          Dentro de los hechos que el humano produce, se encuentra el conocimiento. De forma que el conocimiento no es algo a lo que el humano acceda, sino parte de sus producciones. No existe -dentro de esta teoría de ontología científica- razón alguna para suponer que el humano puede generar creencias sobre la realidad cuya verdad esté justificada de forma cierta (i.e. ¬ episteme). Por ende, el humano no puede acceder a clase alguna de episteme.


lunes, 5 de febrero de 2018

Ontología científica y ontología metafísica: un primera caracterización



Alejandro Guevara Arroyo


0.                  A continuación presento una distinción estipulativa entre dos sentidos del término ontología. Dicha definición pretende ser fecunda teóricamente, permitiendo diferenciar clases de teorización sobre las características generales de la realidad. Obviamente, esta distinción podría ser aun más sutil. 
1.        Llamo ontología a una clase de teorizaciones o constructos intelectuales (o productos del intelecto). Son, por ende, una clase de conjuntos. Estos están formados por retículas de argumentos y de conceptos. La clase en cuestión está formada por el conjunto de repuestas de problemas sobre las características o propiedades generales de la realidad toda y sus constituyentes (o respuestas a problemas sobre qué existe). Cada respuesta es una teoría ontológica. Cada solución implica la emergencia de nuevos problemas[1]. Obviamente, pueden existir diversas y incompatibles respuestas a las mismas cuestiones.

Esta breve definición tiene como antecedente teórica la enunciada por Wolff, cuando calificó la ontología como el saber sobre el ente en género (scientia entis in genere). 
2.                  Llamo ontología científica al conjunto de teorías ontológicas sobre las características generales o comunes de la realidad que están presupuestas por las teorías científicas[2]. Quiere decir que cualquier teoría de la ontología científica puede ser inconsistente (i.e. incompatible) con una o más hipótesis científicas. Tal inconsistencia es una instancia de crítica no trivial contra la teoría ontológica en cuestión.
Al tiempo, dado que el conjunto de teorías científicas en cualquier momento tx (i) presentan inconsistencias entre sí y (ii) no hay garantía epistémica que asegure su idoneidad explicativa en un momento ty posterior, sucede que -en cualquier momento tx- existirá también un conjunto de teorías ontológicas (a) inconsistentes entre sí y en competencia por sobrevivir y (b) no hay garantías epistémicas que aseguren su idoneidad explicativa en un momento ty posterior (i.e. no es racionalmente esperable su irrefutabilidad). Por ende, las teorías de ontología científica son conjeturales y muestran su rendimiento o idoneidad dada su compatibilidad con las ciencias o partes de ellas. No obstante, no exista prueba empírica directa de las teorías ontológicas[3] (Bunge (1973). ¿Es posible una metafística científica, 453). ´
Históricamente, se pueden calificar como ontologías científicas aquellas que fueron supuestos o pretendieron ser consistentes o compatibles con programas científicos de investigación.
Dependiendo de si se trata de tesis que intentar ser compatibles con la totalidad de las ciencias o con una parte, podemos distinguir entre tesis universales y tesis regionales (Bunge, (1973) ¿Es posible una metafística científica, 452). 
3.                  Llamo ontología metafísica al conjunto de teorías ontológicas que no pueden tener relaciones de inconsistencia lógica con las teorías científicas.
Esta definición requiere algunas aclaraciones. La mentada imposibilidad se debe a (i) que se han desarrollado un conjunto de criterios o supuestos metodológicos, mediante los cuales se niega la relevancia epistemológica de cualquier inconsistencia lógica entre los ámbitos científicos y ontológicos y/o (ii) porque se ha construido la teoría ontológica con tales características semánticas (v.g. mediante el uso frecuente de términos con niveles relevantes de vaguedad) o sintácticas (aludo a la sintaxis lógica, no a la gramatical), que hacen imposible la emergencia de inconsistencias con las ciencias. De forma que la imposibilidad de que emerjan instancias críticas relevantes se debe a decisiones metodológicas meta-teóricas. Quiere decir que se trata de una distinción epistemológica sobre la ontología. 
Metafóricamente, puede caracterizarse la ontología metafísica como aquella que intenta responder preguntas ontológicas no sólo fuera de las ciencias, sino además en conflicto con las ciencias.

Un caso característico de ontología metafísica es el uso contemporáneo de tesis ontológicas que fueron supuestas por programas de investigación científica hoy abandonados y que son incompatibles o inconsistentes con las tesis ontológicas supuestas por los programas de investigación científica contemporáneos. V.g. el uso contemporáneo de la concepción aristotélica sobre las naturalezas, típico de concepciones neo-tomistas ius-naturalistas. 

[1] Pero esto es cierto de cualquier actividad intelectual: constituye en la resolución de problemas y cada resolución implica la emergencia de nuevos problemas. Infra se profundizará en esta idea.

[2] Por ahora, concibamos a las teorías científicas como aquellas respuestas a los problemas sobre cómo y por qué se dan cambios y sucesos.

[3] Por lo demás, esto no es tampoco inusual en partes más abstractas de las ciencias, que requieren muchas veces agregar principios específicamente desarrollados para su aplicación, supuestos específicos y datos.