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lunes, 19 de marzo de 2018

Ontología científica del conocimiento: una conjetura


The tentative solutions which animals and plants incorporate into their anatomy and their behaviour are biological analogues of theories; and vice versa: theories correspond (as do many exosomatic products such as honeycombs, and especially exosomatic tools, such as spiders' webs) to endosomatic organs and their ways of functioning. Just like theories, organs and their functions are tentative adaptations to the world we live in. And just like theories, or like tools, new organs and their functions, and also new kinds of behaviour, exert their influence on the first world which they may help to change.
                                                                Karl R. Popper, Objective Knowledge, 65.




0.1.     Me gustaría defender que la existencia de racionalidad depende en parte de capacidades comportamentales biológicas muy fundamentales en los humanos. Al tiempo, ubicaré algunas funciones que estas capacidades tienen para el conocimiento objetivo (i.e. proposiciones, argumentos y teorías).
0.2. El siguiente es un modelo empírico[1] sobre las características de la racionalidad y conocimiento racional, entendido como una capacidad/disposición comportamental (del comportamiento mental) biológica (y por ende, evolutivamente posibilitada) del ser humano. Sin embargo, se aclarará en los casos en que lo afirmado es común al humano y otras especies. Empero, no trata sobre el valor epistémico del conocimiento. En atención a las distinciones brindadas en entradas previas, este modelo y concepción, incluye tesis ontológicas y antropológicas. Veamos.
1. Dentro de las capacidades comportamentales del humano, están aquellas que se existen en la mente y son por ende acaecimientos mentales. Ahora, dentro de estas, se encuentran aquellas cuya función evolutiva es dar soluciones –de eficacia incierta- a problemas que los organismos humanos enfrentan en sus vidas. Así, la existencia de la clase de las soluciones es consecuencia de la existencia de aquellas capacidades.
1.1. Obviamente, el humano comparte esta capacidad con todos los organismos vivientes, con la salvedad de que para muchas especies dichos acaecimientos no son mentales (ya sea, al menos, pues muchos carecen de cerebro).
2.              Existe un sub-conjunto de estos productos/acaecimientos, que consisten en la solución de problemas sobre qué, cómo y por qué[2] ciertos acaecimientos suceden y la forma en que suceden (llamo a estos problemas, problemas explicativos). Estas soluciones son productos intelectuales y mentales, pues su acaecimiento en un organismo no es condición suficiente de un cambio en el mundo externo a este organismo. 
2.1.          Los problemas sobre qué está sucediendo son problemas explicativos de una clase biológicamente muy simple o primitiva. Tales son cuestiones comunes a todas las formas de vida. De forma que mucho de lo que se dirá a continuación con respecto a la solución de estos problemas es común a otras formas vida diferente a la humana.
2.2.          Ahora, que exista la capacidad de dar soluciones a la clase de los problemas explicativos, no dice nada sobre si estas soluciones son adecuadas[3], ni a partir de qué criterio distinguiremos lo adecuado de lo inadecuado.
3.              Un criterio de distinción sobre la idoneidad de las soluciones a esta clase de problemas, es el éxito en el uso del producto-solución. Establecer el éxito en el uso de tal solución es mostrar su correspondencia entre lo que ahí se afirma y el mundo. Un procedimiento común para determinar dicho éxito (aun en la actualidad) son las formas simples de contrastación empírica.
3.1.          Llamo verdad a la propiedad de aquello que una solución afirma si se corresponde con lo afirmado del mundo y falsedad cuando no se corresponde. En otras palabras, verdadero es el contenido de una solución a un problema explicativo cuando este es exitoso y falso cuando no lo es. Y es exitoso cuando lo que describe o explica en efecto sucede y falso cuando lo que describe o explica no sucede. 
3.2.          Aunque el brindar soluciones y el contrastarlas puede ser algo que un individuo haga, esta capacidad es de la especie.
3.3.          Hasta aquí hemos caracterizado acaecimientos que se dan en todas las formas de vida. Aún estamos lejos de presentar el hecho humano que llamo conocimiento y aún más de aquello que llamo conocimiento racional.
4. El siguiente paso consiste en notar otra capacidad de la especie humana: el lenguaje. En específico, prestaremos atención a dos manifestaciones de esa capacidad: la descriptiva y la argumentativa. Esta última es la capacidad lingüística de establecer que la idoneidad de lo afirmado en una solución es consecuencia de la idoneidad de otra afirmación. La primera se da en otras especies animales. La segunda es -hasta donde sabemos- específicamente humana.
4.1.  Debido a la primera, las soluciones de un organismo humano a un problema explicativo, pueden ser soluciones también para a la comunidad a la que pertenece el organismo.
0.1.1.      Pero esto es cierto también de otros organismos que poseen la capacidad del lenguaje descriptivo.
0.2.          Debido a la segunda, la actividad de contrastación, discusión y crítica de las soluciones puede ser (y lo es) una actividad comunitaria.
1.              Llamo razones, a una clase de expresiones lingüísticas que tienen -como condición necesaria de su existencia- la existencia de la capacidad argumentativa. Quizá la función más simple de las razones, consiste en comunicar el éxito o fracaso de una solución.
5.1. Distingamos aquí entre dos clases de razones que señalan el éxito de una solución a un problema explicativo:
(i) aquellas que transmiten la correspondencia entre lo afirmado por la solución y el mundo (o de alguna afirmación implicada por la solución y el mundo). Esto es, aquellas que informan sobre el éxito de una contrastación; y,
(ii) aquellas que apelan a un procedimiento diverso, v.g. la convicción sentida del éxito más allá de alguna contrastación (v.g. mediante la intuición).
5.2. Las razones pueden reconstruirse en argumentos y analizarse a partir de reglas formales (i.e. sobre su forma). Esta es la función básica de las reglas de las distintas clases de lógica (de las cuales la deductiva y la inductiva son las más importantes para el conocimiento)[4].
6. Llamo conocimiento al contenido de soluciones a problemas explicativos que pretenden ser verdaderos y a las razones (de toda clase) que pretenden sustentar la verdad de esas soluciones. [(Contenido de las soluciones ^ Contenido de razones) <-> conocimiento].
6.0.1. El contenido de las soluciones y de las razones se puede reconstruir en enunciados y argumentos.
6.1. Decir que una hipótesis explicativa está justificada, es decir que -en atención a ciertas razones (i.e. ciertos argumentos)- una solución a un problema explicativo es exitosa.
6.2. Decir que un conocimiento es correcto, es decir que tanto la solución como las razones que la sustentan son idóneas.
7. Llamo conocimiento racional a aquel en el cual:
(i) Sus razones sustentan la verdad de la solución apelando a criterios que tratan de alguna clase de contrastabilidad.
(ii) La verdad de las propias razones es evaluable a partir de alguna clase de contrastabilidad.
(iii) Todos los argumentos cumplen reglas formales determinables o reconstruibles (i.e. reglas lógicas).
7.1. Una condición necesaria de que un conocimiento sea racional, es que tanto las razones como las hipótesis explicativas (que lo forman), sean evaluables siempre mediante criterios intersubjetivos.
7.2. De forma que en el conocimiento racional es necesariamente criticable mediante criterios de evaluación intersubjetivos.
7.3. Además, la existencia de la propiedad de racionalidad de un conocimiento depende necesariamente de la existencia de ciertas capacidades comportamentales que se desarrollaron, aplican y funcionan en (a lo interno de) prácticas normativas (o institucionales) grupales (i.e. entre varios organismos). Se trata de prácticas normativas en donde la crítica racional cumple un papel importante (valioso) para los propios participantes.
9. Llamo conocimiento irracional o dogmático, al conocimiento cuya verdad es establecida mediante razones no evaluables utilizando criterios intersubjetivos. En otras palabras, se trata de productos intelectuales en los que la crítica de las razones en favor o en contra de soluciones no es considerada valiosa.



[1] Quiere decir que es un modelo que pretende explicar características fundamentales de una clase de acaecimientos-acciones. Existe un problema diferente: el normativo/axiológico de cómo valorar entre distintos sub-conjuntos de esa clase. Por otra parte, este es un modelo que pretende ser compatible (i.e. no contradictorio) con varias de las principales corrientes teóricas en biología, neurociencias y antropología biológica. Además, debe ser explicativamente útil en la teorización tanto del comportamiento cognitivo como del normativo humano (en tanto es presupone conocimiento objetivo del mundo). También podríamos llamar a lo que sigue descripciones fenoménicas.
[2] Ejemplo de problema de qué: ¿Qué es x? Solución: es peligroso. Solución: es comestible. Solución: es de la tribu o comunidad, etc. // Ejemplo de problema de cómo: ¿Cómo sucedió x? Solución: transitando el sol siempre en el cielo, en cierta dirección, se llega a x. Solución: si le grito a otro miembro de la tribu, lo intimido. Dado que le grité, lo intimidé. // Problema del por qué: ¿Por qué pasó x? Solución: Porque siempre que realizo esta acción, sucede x consecuencia. Solución: porque si ofendo al chamán, cosas malas, como x, suceden. // Obviamente, los límites entre estas clases de problemas pueden ser difusos.  
[3] Claramente, se requiere una definición estipulativa, útil para este contexto discursivo.
[4] Desde esta perspectiva, la forma lógica y las reglas lógicas son (de alguna forma) idealizaciones o modelizaciones de procesos argumentativos efectivos. Por su puesto, reconocer esto no conlleva que las teorías de las lógicas deba o pueda reducirse (en ningún sentido técnico del término) a teorías biológicas, psico-neurológicas o antropológicas.

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