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miércoles, 7 de enero de 2015

Estudios sobre racionalismo crítico: Preguntas y respuestas sobre meta-teoría de la ciencia y falsacionismo



Alejandro Guevara Arroyo

El economista Adrián Brenes[1] me dirigió, hace un tiempo, un conjunto de preguntas sobre metodología de la ciencia y falsacionismo. Redacté los siguientes párrafos para intentar dar respuesta a sus consultas. Dado que se ocupa de temas de filosofía de la ciencia, cabe agregar que esta es un texto con terminología técnica.
Las preguntas constituyen cuestiones más bien avanzadas de las problemáticas meta-teóricas (i) de la validación de hipótesis científicas y (ii) de la demarcación (entre ciencia y no ciencia). A continuación, mi respuesta a las preguntas.

1)             En la terminología de Popper, ¿se podría decir que 2+2=4 es falsable? Después de todo, existen "hipótesis" cuya falsedad se puede demostrar (tal como 2+2=5).

Respuesta:


(I)  En su Lógica de la investigación, Popper señala que el criterio de la falsación está dividido en dos niveles de normas o reglas: (a) lógicas o formales y (b) metodológicas propiamente. Toda teoría (que es, en primer lugar, un conjunto de enunciados) se evaluará escalonadamente: primero mediante las reglas lógicas y luego mediante las metodológicas (o epistémicas). Estos criterios son:
(a.1): El requisito de coherencia lógica interna del sistema de enunciados (i.e. no contradictoriedad).
(a.2): El segundo criterio discrimina entre teorías con contenido empírico que podrían ser verdaderas y meras tautologías.
(a.3): Finalmente, tenemos la comparación lógica entre los distintos sistemas de enunciados, con vistas en determinar si una teoría podría solucionar más problemas científicos relevantes (en caso de ser verdadera) frente a otras que le son lógicamente contrarias.
(b) El criterio de la falsación en sentido estricto: Deducimos de un enunciado condicional con cuantificador universal, que expresa la hipótesis científica a contrastar (A) y de las condiciones iniciales (I), un enunciado singular (C), que es una implicación contrastadora.
Ahora bien, si C es falso (sencillamente, porque no acaece), por modus tolendo tollens, la falsedad se retrotrae de ese enunciado a sus premisas. Así, la teoría científica con consecuencias falsas es falsa. Si una teoría es falsa, se abandona y se busca una mejor (Popper, 1980, 31-32).
(II) Como bien conocés, si una teoría no puede –lógicamente- ser sometida a (b) entonces es infalsable (NB: este criterio es la solución popperiana al problema de la demarcación).
Además, si una teoría responde negativamente a alguna (o varias o todas) las reglas (a) entonces, tampoco es falsable. Una teoría in-falsable puede ser (1) sencillamente, no científica (la teología y/o las matemáticas) o (2) pseudo-científica (i.e. que pretende ser ciencia, v.g el psicoanálisis).
Respuesta concreta a tu pregunta: En el caso de la matemática, si bien puede considerarse que formula conjeturas y –claro está- que es un sistema deductivo, no puede considerarse que el contenido semántico de sus enunciados sea empírico (¬a.2.). De forma que una conjetura matemática no puede ser sometida al criterio de falsación propiamente dicho (i.e. no puede ser sometida a (b)). Esto hace que las matemáticas sean in-falsables.
Empero, como correctamente apuntás, esto no significa que las conjeturas matemáticas no puedan estar sometidas a críticas. Esto en tanto, son sistemas deductivos y por tanto, se predica verdad (i.e. verdad formal) a sus proposiciones en tanto estén adecuadamente inferidas de los axiomas respectivos. V.g. 2+2=5 es falsa, porque no se infiere de los axiomas y reglas fundamentales de la aritmética. Eso sí, está es la forma de crítica que puede tener un sistema que no refiere a la realidad. No obstante, por lo ya apuntado, estas conjeturas no pueden ser propiamente sometidas a falsación (i.e. son infalsables).
También, intuís sensatamente que hay algún parecido entre la crítica a las conjeturas matemáticas y la falsación. El parecido radica en que, tanto en las teorías científicas sometibles a la falsación como en los sistemas matemáticos, la estructura lógica de sus argumentos es la deductiva.
2)            ¿Si es posible conocer la población total y la hipótesis se cumple para toda la población, cabe decir que ya la hipótesis está aceptada en el sentido de que ya se sabe que definitivamente no puede ser rechazada por nuevas observaciones pues ya se conocen todas las observaciones posibles (población) aun cuando en algún momento la hipótesis tuviera apenas el estado de "no rechazada" debido a que no se habían contemplado todas las posibles observaciones?
Esta es una pregunta compleja. Para responderla debo introducir una breve digresión. La respuesta, a mis ojos, depende de (I) la metodológica (meta-teórica) de la ciencia a la que atendamos y (II) los referentes del término ‘hipótesis’ que estamos teniendo en cuenta. Vamos a lo primero.
(I)        Como bien sabés, el problema meta-teórico de la validación de hipótesis científicas[2] puede formularse así: ¿cuál es el patrón de inferencias válido lógica y epistemológicamente valioso entre una hipótesis científica general y los enunciados particulares de la experiencia? O, en pocas palabras ¿cuál es el criterio que debe utilizarse para considerar lógica y epistemológicamente correcta a una hipótesis científica?
A grandes rasgos, las respuestas han sido de dos clases: (i) aquellas que pretenden confirmar o justificar, positiva y certeramente, la corrección de una hipótesis y (ii) las falibilistas, que consideran que sólo se pueden desarrollar criterios para determinar la falsedad de una hipótesis o en otras palabras, que validan negativamente. El falsacionismo es un caso de las metodologías falibilistas.
Ahora bien,  en (i) están representantes de las metodologías más antiguas. A partir de la clase de inferencias que consideran centrales en los argumentos científicos, se pueden dividir en dos: (a) inductivistas y (b) deductivistas (o hipotético deductivistas –HD- de clase justificacionista). Sobre (a) no diré nada porque no viene al caso (vid la bibliografía al final).
En su versión más sencilla, el método H-D consiste en el uso de inferencias deductivas (i.e. inferencias necesarias y no ampliativas). Específicamente se apela al modus ponendo ponens. Según el método H-D, el enunciado que debe ser confirmado es una hipótesis, de la cual deben deducirse unas consecuencias observables o implicaciones contrastadoras (Hempel). Estas consecuencias observables son contrastadas con la experimentación (en un sentido amplio), con vistas a confirmar o negar la hipótesis. Dado que la deducción es no ampliativa, la verdad de la consecuencia observable, resultado de la contrastación, debe retrotraerse a las premisas.
Existen varias críticas a la idoneidad del método H-D para la confirmación de las teorías científicas.  1. Dada una consecuencia observacional (O1) que confirme a -por ejemplo- H1, esta misma O1 confirmará perfectamente a H2, H3,… Hn hipótesis, todas contrarias con H1. De otra forma: el criterio en cuestión conlleva una falacia de afirmación del consecuente. 2. Igualmente, la crítica falibilista señala que aun cuando confirmemos una implicación contrastadora, existe un horizonte ilimitado (o casi ilimitado) de otras posibles contrastaciones ante las cuales la hipótesis no se ha puesto a prueba. En otras palabras, el conjunto de contrastaciones que se infieren de una hipótesis científica fundamental es ilimitable, pues no podemos tener certeza de lo que sucederá en el futuro. 3. Una serie de problemas que parten de las características lógicas de las hipótesis estadísticas. Dado lo que me interesa explicar, no expondré nada del tercer grupo de problemas (nuevamente, remito a revisar los textos que menciono en la bibliografía).
Carl Hempel desarrolló una corrección formal del criterio, con vistas en esquivar los problemas 1[3] y 2. Consiste en definir el conjunto de posibles contrastadores como un conjunto cerrado, v.g. {a,b,c… f}. Según Hempel, la contrastación satisfactoria de la hipótesis científica con la totalidad de los individuos de tal conjunto, permite afirmar la corrección de la hipótesis en cuestión.
Personalmente, me parece un solución epistemológicamente insatisfactoria: Si la hipótesis es lógicamente universal a toda una clase de posibles situaciones que se infieren de ella, limitar un conjunto de situaciones estipulativamente y post-hoc no evita que de hecho sobrevengan contrastaciones que podrían falsar la hipótesis. Y esto es, en cierto sentido, el problema original 2.
(II)    El sentido del término hipótesis dentro de la filosofía de la ciencia puede ser ambiguo y esa ambigüedad puede llevar a imprecisiones no triviales. Es lugar común considerar que toda hipótesis científica utiliza el cuantificador lógico universal (i.e. “para todo x”). Empero, fuera de esto, existen dos distinciones entre distintos clases de hipótesis que son relevantes para el caso en cuestión que analizamos.
 (i) La primera radica en si es una hipótesis meramente descriptiva (v.g. “todos los cuervos son negros”) o es una hipótesis explicativa y que presenta un proceso de dependencia (v.g. “todos los cuervos son negros, pues esta característica es más ventajosa para la supervivencia de los individuos en el medio en que viven, frente a otros posibles colores del plumaje). Ambas puede presentarse mediante un condicional, v.g.:
  a. Si todos los cuervos son negros, entonces, este cuervo es negro.
b. Si se encuentra en un medio ambiente f, entonces el color más apto para sobrevivir en los cuervos es el negro.
(ii) La segunda distinción relevante entre referentes diferentes del término hipótesis, radica en su nivel de generalidad (o de las coordenadas espacio temporales en las que la hipótesis se aplica). Es indudable que todas las hipótesis científicas tienen ámbitos de aplicación y esto no afecta en nada su característica lógica de universalidad. Así, sabemos que, superada cierta temperatura, las leyes de la química molecular ya no son aplicables (pues ya no hay moléculas).
Creo que es relevante distinguir entre:
(a)         Una hipótesis predictiva de un proceso concreto y circunscrito en el espacio y en el tiempo, v.g todas las personas del barrio x en el tiempo t, recorren los caminos a y b; y
(b)        Una hipótesis con un ámbito que se aplica a toda una clase de hechos en un tiempo continuado (aunque no necesariamente ilimitado). V.g. la Blackmail law, que has enunciado de la siguiente forma:
If
1) an agent A believes that other agent B has command over what A considers a good i,
2) A prefers i to other good j,
3) A has command over j, and
4) B knows 1) and 3),
then
B has command over j.

[Visible en adrianbrenes.blogspot.com]

Por cierto, las hipótesis del sub-conjunto que se encuentra en la interjección entre los conjuntos (i)(b) y (ii)(b), son las más fundamentales lógica y epistemológicamente, y de ellas pueden deducirse las hipótesis científicas de las otras clases.
(III)                        Bueno, después de esta digresión, estoy listo para responder a tu pregunta.

Diría lo siguiente: Dentro de una metodología deductivista (como la mencionada supra), se podría considerar constrastada satisfactoriamente hipótesis (ii)(a) y (ii)(b), sean meramente descriptivas o no. Por ejemplo, para la Blackmail law, se introduciría una definición del conjunto de los posibles contrastadores (v.g. un grupo de personas tal y un tiempo tal) y así, satisfecha la contrastación, quedaría confirmada. Esta estrategia es, reitero, bastante cuestionable.
En cambio, dentro de la metodología falsacionista, una hipótesis de la clase (ii) (b) o cualquiera de las clases distinguidas en (i), no podrá ser lógicamente confirmada sin importar cuantas contrastaciones se realicen. Introducir una estipulación de su ámbito de contrastación no cambia en nada el problema lógico de la falacia.
Ahora bien, desde el falsacionismo, no hay problema en decir que hipótesis descriptivas de procesos concretos o –incluso- hipótesis explicativas de procesos específicos, quedan confirmadas tras realizarse la contrastación respectiva. Esto es así, pues para el falsacionismo, estas últimas clases de hipótesis son a su vez contrastaciones concretas de hipótesis científicas aún más fundamentales.   
Quizá  la hipótesis que proponés en tu pregunta podría ser de esta clase menos fundamental; verbigracia: “en la población A, en el período de tiempo T, existe una relación inversamente proporcional entre el nivel de desempleo f y la inflación de la canasta básica g”. Esta es una descripción; también podría ser una predicción, dependiendo de cómo se formulara. Y, según se mencionó antes, podría ser  -según cierta definición- una hipótesis científica.
3)            ¿Es la afirmación "la Fed emitió dinero" una hipótesis científica? Yo creo tener claro que la afirmación "la emisión de dinero produce inflación" es una típica hipótesis falsable cuya implicación no es trivial. Pero en el primer caso me parece que la afirmación es trivial en el sentido de que ciertas "pruebas" bastan para afirmar con total certeza que son una explicación aceptada (no solo no rechazada) de la realidad.
Creo que mi respuesta a esta pregunta se infiere de lo expuesto en la anterior. Lo que sucede es que dentro de la filosofía de la ciencia existen varios sentido del término “hipótesis científica”. Me parece que tal enunciado sólo es una descripción. No existe en principio ningún problema en que llamés hipótesis a una descripción tan concreta como “FED emitió dinero”. Al final, no existe una esencia semántica de las definiciones de los términos, sino que son convenciones. Empero, sí es de mucha importancia tener presente las mencionadas diferencias entre unas clases y otras de hipótesis y las relaciones lógicas que tienen entre sí.
Como bien apuntas, para el falsacionismo (y también para las metodologías justificacionistas: las inductivistas y las deductivistas), las hipótesis de mayor importancia lógica y epistemológicamente son aquellas que se aplican a clases de hechos (v.g. la clase de los hechos “emisión de dinero”) y que presentan procesos de dependencia real entre distintas clases de hechos (v.g. “la inflación depende –en algún respecto- de la emisión de dinero”). En cambio, los enunciados de descripciones o de explicaciones circunscritas a un hecho concreto, son hipótesis de bajo nivel de generalidad, que se deducen de las de mayor nivel. Aún menor importancia tienen las definiciones, que son instrumentos convencionales. Esta mayor o menor importancia se justifica de distintas formas. Pero esta es otra cuestión.
4)            Bibliografía de consulta
Bunge (1983). La investigación científica. Barcelona: Ed. Ariel.
Popper, K.R. (1980). La lógica de la investigación científica (Traducción de Victor Sánchez de Zavala, quinta reimpresión). Madrid: Tecnos.
Hempel, C. (1973). Filosofía de la ciencia natural. Madrid: Alianza.
Salmon, Earman, Glymour, Lennox, Machamer, McGuire, Norton, Salmon & Schaffner, (1992). Introduction to the Philosophy of Science.  Indianapolis/Cambrige: United States of America.



[1] Adrián Brenes publica con frecuencia eruditas y agudas entradas sobre economía, política, filosofía y religión, en su blog http://adrianbrenes.blogspot.com/. Con motivo de este intercambio y de sus estudios en epistemología de la economía, publicó la entrada visible en la siguiente dirección http://adrianbrenes.blogspot.com/2012/11/a-manifesto-on-general-epistemology.html.
[2] Debe distinguirse este problema de otros dos diferentes: el problema de la metodología del descubrimiento científico (i.e. ¿cómo debe investigarse para obtener ciertos resultados?) y el problema de la demarcación.
[3] Esta simplificación de la corrección hempeliana sólo es pertinente para solucionar el problema 2. Para presentar la solución hempeliana al problema 1., tendría que realizar un desarrollo más complicado. Por razones de sencillez y de que no es necesario para lo que intento explicar, me ahorraré tal desarrollo. Cualquiera sea el caso, si interesa conocer estas cuestiones véase el texto de Salmon y Earman que menciono en la bibliografía.

lunes, 5 de enero de 2015

Un fragmento sobre cosmopolistimo legado de la antigüedad



 Alejandro Guevara Arroyo



Dijo Demócrito el atomista[1]:
Toda la Tierra es habitable por [la persona] sabia[2] , porque el mundo entero es patria del alma buena[3].



[1]  Frase que sintetiza  la concepción occidental del cosmopolitismo. Por cierto, esta idea sobre el cosmopolitismo se ha reiterado en la historia del pensamiento.
[2] I.e. aquella que conoce y vive en acuerdo con un sistema moral adecuado (que no podría ser parroquilista o que establezca diferencias axiológicas radicales entre las personas dependiendo de su lugar de nacimiento o cultura) y/o una concepción adecuada sobre lo que es buenos.
[3] Alma=inteligencia, que es material, constituida por átomos y vacío, según los atomistas antiguos e impulsora de la vida.