Alejandro Guevara Arroyo
El economista Adrián Brenes[1]
me dirigió, hace un tiempo, un conjunto de preguntas sobre metodología de la
ciencia y falsacionismo. Redacté los siguientes párrafos para intentar dar
respuesta a sus consultas. Dado que se ocupa de temas de filosofía de la
ciencia, cabe agregar que esta es un texto con terminología técnica.
Las preguntas constituyen
cuestiones más bien avanzadas de las problemáticas meta-teóricas (i) de la
validación de hipótesis científicas y (ii) de la demarcación (entre ciencia y
no ciencia). A continuación, mi respuesta a las preguntas.
1) En la terminología de Popper, ¿se
podría decir que 2+2=4 es falsable? Después de todo, existen
"hipótesis" cuya falsedad se puede demostrar (tal como 2+2=5).
Respuesta:
(I) En su Lógica de la investigación, Popper
señala que el criterio de la falsación está dividido en dos niveles de normas o
reglas: (a) lógicas o formales y (b) metodológicas propiamente. Toda teoría
(que es, en primer lugar, un conjunto de enunciados) se evaluará
escalonadamente: primero mediante las reglas lógicas y luego mediante las metodológicas
(o epistémicas). Estos criterios son:
(a.1): El requisito de coherencia
lógica interna del sistema de enunciados (i.e. no contradictoriedad).
(a.2): El segundo criterio discrimina
entre teorías con contenido empírico que podrían ser verdaderas y meras
tautologías.
(a.3): Finalmente, tenemos la
comparación lógica entre los distintos sistemas de enunciados, con vistas en
determinar si una teoría podría solucionar más problemas científicos relevantes
(en caso de ser verdadera) frente a otras que le son lógicamente contrarias.
(b) El criterio de la falsación en
sentido estricto: Deducimos de un enunciado condicional con cuantificador
universal, que expresa la hipótesis científica a contrastar (A) y de las
condiciones iniciales (I), un enunciado singular (C), que es una implicación
contrastadora.
Ahora bien, si C es falso
(sencillamente, porque no acaece), por modus tolendo tollens, la falsedad se
retrotrae de ese enunciado a sus premisas. Así, la teoría científica con
consecuencias falsas es falsa. Si una teoría es falsa, se abandona y se busca
una mejor (Popper, 1980, 31-32).
(II)
Como bien conocés, si una teoría no puede –lógicamente- ser sometida a
(b) entonces es infalsable (NB: este
criterio es la solución popperiana al problema de la demarcación).
Además, si una teoría responde
negativamente a alguna (o varias o todas) las reglas (a) entonces, tampoco es falsable. Una teoría in-falsable puede ser (1)
sencillamente, no científica (la teología y/o las matemáticas) o (2)
pseudo-científica (i.e. que pretende ser ciencia, v.g el psicoanálisis).
Respuesta concreta a tu pregunta: En
el caso de la matemática, si bien puede considerarse que formula conjeturas y
–claro está- que es un sistema deductivo, no puede considerarse que el
contenido semántico de sus enunciados sea empírico (¬a.2.). De forma que una
conjetura matemática no puede ser sometida al criterio de falsación propiamente
dicho (i.e. no puede ser sometida a (b)). Esto hace que las matemáticas sean
in-falsables.
Empero, como correctamente apuntás,
esto no significa que las conjeturas matemáticas no puedan estar sometidas a críticas.
Esto en tanto, son sistemas deductivos y por tanto, se predica verdad (i.e.
verdad formal) a sus proposiciones en tanto estén adecuadamente inferidas de
los axiomas respectivos. V.g. 2+2=5 es falsa, porque no se infiere de los
axiomas y reglas fundamentales de la aritmética. Eso sí, está es la forma de
crítica que puede tener un sistema que no refiere a la realidad. No obstante,
por lo ya apuntado, estas conjeturas no pueden ser propiamente sometidas a
falsación (i.e. son infalsables).
También, intuís sensatamente que hay
algún parecido entre la crítica a las conjeturas matemáticas y la falsación. El
parecido radica en que, tanto en las teorías científicas sometibles a la
falsación como en los sistemas matemáticos, la estructura lógica de sus
argumentos es la deductiva.
2)
¿Si es posible conocer la población
total y la hipótesis se cumple para toda la población, cabe decir que ya la hipótesis
está aceptada en el sentido de que ya se sabe que definitivamente no puede ser
rechazada por nuevas observaciones pues ya se conocen todas las observaciones
posibles (población) aun cuando en algún momento la hipótesis tuviera apenas el
estado de "no rechazada" debido a que no se habían contemplado todas
las posibles observaciones?
Esta es una pregunta compleja. Para responderla
debo introducir una breve digresión. La respuesta, a mis ojos, depende de (I) la metodológica (meta-teórica) de
la ciencia a la que atendamos y (II)
los referentes del término ‘hipótesis’ que estamos teniendo en cuenta. Vamos a
lo primero.
(I)
Como bien sabés, el problema meta-teórico de la
validación de hipótesis científicas[2]
puede formularse así: ¿cuál es el patrón de inferencias válido lógica y
epistemológicamente valioso entre una hipótesis científica general y los
enunciados particulares de la experiencia? O, en pocas palabras ¿cuál es el
criterio que debe utilizarse para considerar lógica y epistemológicamente correcta a una hipótesis científica?
A grandes rasgos, las respuestas han
sido de dos clases: (i) aquellas que pretenden confirmar o justificar,
positiva y certeramente, la corrección de una hipótesis y (ii) las
falibilistas, que consideran que sólo se pueden desarrollar criterios para
determinar la falsedad de una hipótesis o en otras palabras, que validan
negativamente. El falsacionismo es un caso de las metodologías falibilistas.
Ahora bien, en
(i) están representantes de las metodologías más antiguas. A partir de la clase
de inferencias que consideran centrales en los argumentos científicos, se pueden
dividir en dos: (a) inductivistas y (b) deductivistas (o hipotético
deductivistas –HD- de clase justificacionista). Sobre (a) no diré nada porque
no viene al caso (vid la bibliografía
al final).
En su versión más sencilla, el método H-D consiste en
el uso de inferencias deductivas (i.e. inferencias necesarias y no
ampliativas). Específicamente se apela al modus
ponendo ponens. Según el método H-D, el enunciado que debe ser confirmado
es una hipótesis, de la cual deben
deducirse unas consecuencias observables
o implicaciones contrastadoras (Hempel).
Estas consecuencias observables son contrastadas con la experimentación (en un
sentido amplio), con vistas a confirmar o negar la hipótesis. Dado que la
deducción es no ampliativa, la verdad de la consecuencia observable, resultado
de la contrastación, debe retrotraerse a las premisas.
Existen varias críticas a la idoneidad del método H-D
para la confirmación de las teorías científicas. 1. Dada una consecuencia observacional (O1)
que confirme a -por ejemplo- H1, esta misma O1 confirmará
perfectamente a H2, H3,… Hn hipótesis, todas
contrarias con H1. De otra forma: el criterio en cuestión conlleva
una falacia de afirmación del consecuente. 2. Igualmente, la crítica
falibilista señala que aun cuando confirmemos una implicación contrastadora,
existe un horizonte ilimitado (o casi ilimitado) de otras posibles
contrastaciones ante las cuales la hipótesis no se ha puesto a prueba. En otras
palabras, el conjunto de contrastaciones que se infieren de una hipótesis científica fundamental es ilimitable, pues no
podemos tener certeza de lo que sucederá en el futuro. 3. Una serie de
problemas que parten de las características lógicas de las hipótesis
estadísticas. Dado lo que me interesa explicar, no expondré nada del tercer
grupo de problemas (nuevamente, remito a revisar los textos que menciono en la
bibliografía).
Carl Hempel desarrolló una corrección formal del
criterio, con vistas en esquivar los problemas 1[3]
y 2. Consiste en definir el conjunto de posibles contrastadores como un
conjunto cerrado, v.g. {a,b,c… f}. Según Hempel, la contrastación satisfactoria
de la hipótesis científica con la totalidad de los individuos de tal conjunto,
permite afirmar la corrección de la hipótesis en cuestión.
Personalmente, me parece un solución
epistemológicamente insatisfactoria: Si la hipótesis es lógicamente universal a
toda una clase de posibles situaciones que se infieren de ella, limitar un conjunto
de situaciones estipulativamente y post-hoc no evita que de hecho sobrevengan contrastaciones que podrían falsar la
hipótesis. Y esto es, en cierto sentido, el problema original 2.
(II)
El sentido del término hipótesis dentro de la
filosofía de la ciencia puede ser ambiguo y esa ambigüedad puede llevar a
imprecisiones no triviales. Es lugar común considerar que toda hipótesis
científica utiliza el cuantificador lógico universal (i.e. “para todo x”).
Empero, fuera de esto, existen dos distinciones entre distintos clases de
hipótesis que son relevantes para el caso en cuestión que analizamos.
(i) La primera radica
en si es una hipótesis meramente descriptiva (v.g. “todos los cuervos son
negros”) o es una hipótesis explicativa y que presenta un proceso de
dependencia (v.g. “todos los cuervos son negros, pues esta característica es
más ventajosa para la supervivencia de los individuos en el medio en que viven,
frente a otros posibles colores del plumaje). Ambas puede presentarse mediante
un condicional, v.g.:
a. Si todos los cuervos son negros, entonces, este cuervo es negro.
a. Si todos los cuervos son negros, entonces, este cuervo es negro.
b. Si se
encuentra en un medio ambiente f,
entonces el color más apto para sobrevivir en los cuervos es el negro.
(ii) La segunda distinción relevante entre referentes
diferentes del término hipótesis, radica en su nivel de generalidad (o de las
coordenadas espacio temporales en las que la hipótesis se aplica). Es indudable
que todas las hipótesis científicas tienen ámbitos de aplicación y esto no
afecta en nada su característica lógica de universalidad. Así, sabemos que, superada
cierta temperatura, las leyes de la química molecular ya no son aplicables
(pues ya no hay moléculas).
Creo que es relevante distinguir entre:
(a)
Una hipótesis predictiva de un proceso concreto y
circunscrito en el espacio y en el tiempo, v.g todas las personas del barrio x
en el tiempo t, recorren los caminos a y b; y
(b)
Una hipótesis con un ámbito que se aplica a toda una
clase de hechos en un tiempo continuado (aunque no necesariamente ilimitado).
V.g. la Blackmail law, que has enunciado de la siguiente forma:
If
1) an agent A believes that other agent B has command
over what A considers a good i,
2) A prefers i to other good j,
3) A has command over j, and
4) B knows 1) and 3),
then
B has command over j.
[Visible en
adrianbrenes.blogspot.com]
Por cierto, las hipótesis del
sub-conjunto que se encuentra en la interjección entre los conjuntos (i)(b) y
(ii)(b), son las más fundamentales lógica y epistemológicamente, y de ellas
pueden deducirse las hipótesis científicas de las otras clases.
(III) Bueno, después de esta
digresión, estoy listo para responder a tu pregunta.
Diría lo siguiente: Dentro de una metodología
deductivista (como la mencionada supra),
se podría considerar constrastada satisfactoriamente hipótesis (ii)(a) y
(ii)(b), sean meramente descriptivas o no. Por ejemplo, para la Blackmail law, se
introduciría una definición del conjunto de los posibles contrastadores (v.g.
un grupo de personas tal y un tiempo tal) y así, satisfecha la contrastación, quedaría
confirmada. Esta estrategia es, reitero, bastante cuestionable.
En cambio, dentro de la metodología falsacionista, una
hipótesis de la clase (ii) (b) o cualquiera de las clases distinguidas en (i),
no podrá ser lógicamente confirmada sin importar cuantas contrastaciones se realicen.
Introducir una estipulación de su ámbito de contrastación no cambia en nada el
problema lógico de la falacia.
Ahora bien, desde el falsacionismo, no hay problema en decir que hipótesis descriptivas de procesos concretos
o –incluso- hipótesis explicativas de
procesos específicos, quedan confirmadas tras realizarse la contrastación
respectiva. Esto es así, pues para el falsacionismo, estas últimas clases de hipótesis
son a su vez contrastaciones concretas de hipótesis científicas aún
más fundamentales.
Quizá la
hipótesis que proponés en tu pregunta podría ser de esta clase menos
fundamental; verbigracia: “en la población A, en el período de tiempo T, existe
una relación inversamente proporcional entre el nivel de desempleo f y la inflación de la canasta básica g”. Esta es una descripción; también
podría ser una predicción, dependiendo de cómo se formulara. Y, según se
mencionó antes, podría ser -según cierta
definición- una hipótesis científica.
3)
¿Es la afirmación "la Fed emitió
dinero" una hipótesis científica? Yo creo tener claro que la afirmación
"la emisión de dinero produce inflación" es una típica hipótesis
falsable cuya implicación no es trivial. Pero en el primer caso me parece que
la afirmación es trivial en el sentido de que ciertas "pruebas"
bastan para afirmar con total certeza que son una explicación aceptada (no solo
no rechazada) de la realidad.
Creo que mi respuesta a esta pregunta se infiere de lo expuesto en la
anterior. Lo que sucede es que dentro de la filosofía de la ciencia existen
varios sentido del término “hipótesis científica”. Me parece que tal enunciado
sólo es una descripción. No existe en principio ningún problema en que llamés
hipótesis a una descripción tan concreta como “FED emitió dinero”. Al final, no
existe una esencia semántica de las definiciones de los términos, sino que son convenciones.
Empero, sí es de mucha importancia tener presente las mencionadas diferencias
entre unas clases y otras de hipótesis y las relaciones lógicas que tienen
entre sí.
Como bien apuntas, para el falsacionismo (y también para las
metodologías justificacionistas: las inductivistas y las deductivistas), las
hipótesis de mayor importancia lógica y epistemológicamente son aquellas que se
aplican a clases de hechos (v.g. la clase de los hechos “emisión de dinero”) y
que presentan procesos de dependencia real entre distintas clases de hechos
(v.g. “la inflación depende –en algún respecto- de la emisión de dinero”). En
cambio, los enunciados de descripciones o de explicaciones circunscritas a un hecho concreto, son hipótesis de bajo nivel de
generalidad, que se deducen de las de mayor nivel. Aún menor importancia tienen las
definiciones, que son instrumentos convencionales. Esta mayor o menor
importancia se justifica de distintas formas. Pero esta es otra cuestión.
4)
Bibliografía
de consulta
Bunge (1983). La investigación científica.
Barcelona: Ed. Ariel.
Popper, K.R. (1980). La lógica de la investigación científica (Traducción de Victor
Sánchez de Zavala, quinta reimpresión).
Madrid: Tecnos.
Hempel, C. (1973). Filosofía de la ciencia natural. Madrid:
Alianza.
Salmon, Earman, Glymour, Lennox, Machamer,
McGuire, Norton, Salmon & Schaffner, (1992). Introduction to the Philosophy of Science. Indianapolis/Cambrige: United States of
America.
[1] Adrián Brenes publica con frecuencia eruditas y agudas entradas sobre
economía, política, filosofía y religión, en su blog http://adrianbrenes.blogspot.com/. Con motivo de este intercambio y de sus
estudios en epistemología de la economía, publicó la entrada visible en la
siguiente dirección http://adrianbrenes.blogspot.com/2012/11/a-manifesto-on-general-epistemology.html.
[2] Debe distinguirse este problema de otros dos diferentes: el problema de
la metodología del descubrimiento científico (i.e. ¿cómo debe investigarse para
obtener ciertos resultados?) y el problema de la demarcación.
[3] Esta simplificación de la corrección hempeliana sólo es pertinente para
solucionar el problema 2. Para presentar la solución hempeliana al problema 1.,
tendría que realizar un desarrollo más complicado. Por razones de sencillez y de
que no es necesario para lo que intento explicar, me ahorraré tal desarrollo.
Cualquiera sea el caso, si interesa conocer estas cuestiones véase el texto de
Salmon y Earman que menciono en la bibliografía.