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domingo, 26 de enero de 2014

El problema biológico de la herencia y el error de Darwin

          Alejandro Guevara Arroyo        

 Hace un tiempo, el historiador de la filosofía moderna y especialista en metafísica Juan Diego Moya le hizo una pregunta de interés al filósofo de la ciencia Oscar Navarro (ambos profesores de filosofía de la Universidad de Costa Rica). Es la siguiente: ¿por qué se dice con frecuencia que el darwinismo no podía dar cabal cuenta de la especiación biológica? Las siguientes reflexiones fueron motivadas por esta incógnita y pretenden tanto precisar la problemática como darle respuesta. Vamos a ello.
  En primer lugar debe tenerse en cuenta el contexto teorético en que se desarrolla el darwinismo. El darwinismo pertenece a un supra conjunto de cuerpos teóricos que pretendían dar cuenta del explanandum: ¿por qué y cómo hay diferentes especies de seres vivos? A esa gran pregunta la respuesta más antigua y duradera en la historia del pensamiento, llamada por fijista, establece que las especies han aparecido en su forma actual desde el inicio de la vida y que los eones no pueden introducir variaciones en ellas. El otro grupo de teorías, contrario al fijismo, afirma que las especies se transforman y que el estado actual es apenas un instante en la variante historia de la vida en este planta. Esto últimos se denominan transformistas.
  Ahora bien, Erasmus Darwin, el abuelo de Charles, afirmaba el transformismo, pero no brindaba ningún mecanismo sobre cómo se realizaba esa selección. Su nieto asumió dar respuesta a este asunto y gracias a ello ganó la inmortalidad en la historia del pensamiento científico. La idea clave de Darwin es que cada especie van siendo seleccionada por las propias condiciones ambientales de su ecosistema. Un individuo b de una especie z aparece y posee una característica que, para su medio ambiente, constituye una ventaja comparativa que le permite adaptarse mejor (i.e. sobrevivir) y transmitir esa característica a futuras generaciones. Tras el paso de muchas generaciones se puede considerar que existe una nueva especie x, conformada por individuos con las características triunfadoras en la lucha por la existencia de aquel individuo b. El mecanismo también es aplicable para explicar las especies desaparecidas y la diferenciación de adaptaciones de los seres vivos entre distintos ambientes. El propio Charles complementó su famosa hipótesis de la evolución de las especies mediante selección natural o lucha por la supervivencia, incluyendo la posibilidad de otros mecanismos de selectividad (v.g. la selección sexual).
  Arribamos al problema que motiva estas líneas. Se le cuestionó a Darwin cómo se transmitían esas características contextualmente superiores de un individuo a otro individuo, esto es, que mecanismo o leyes rigen la herencia individual. Evidentemente, debe existir un mecanismo sobre la herencia que sea adecuado y compatible con la teoría de la selección natural. Sí, hay individuos que surgen con alguna variación útil en su medio para sobrevivir y prosperar y los que, en cambio, tienen características poco propicias, a la postre pierden la lucha por la existencia. Sí, claro, se reproducen lo que sobreviven. Pero, ¿cómo se transmiten esas características? Sin esto, no sirve de nada la tesis de la lucha por la existencia.
La respuesta de Darwin, me temo, fue totalmente insatisfactorio e implicó un duro golpe al darwinismo durante varias décadas. En El origen de las especies Darwin señala que las leyes de la herencia son desconocidas. No obstante, acosado por el problema, posteriormente desarrolla una respuesta: cada padre trasmite la mitad de sus características a su progenie. Esta solución parcial al problema ya es totalmente inadecuada para la tesis de la evolución de las especies por medio de selección natural. Esto por la evidente razón de que si cada padre pasa sólo la mitad de sus características, tras pocas generaciones se habrá diluido el factor inherente de un individuo que le permitió ser un triunfador y la especiación por selección natural no se daría.
    ¿Si esto es así, por qué ha triunfado la evolución por medio de selección natural en la biología actual? Porque al tiempo que Darwin fallaba en dar respuesta al problema de la herencia, un monje austriaco estaba encontrando la solución adecuada. Gregor Mendel logró explicar adecuadamente las leyes de la herencia entre individuos, mediante un estudio que publicó tras mucho examinar distintas generaciones de guisantes que él cultivaba. El mundo científico no reconoció en su momento el logro que significó esta teoría y el propio Darwin dejó abandonada una copia del estudio que el propio Mendel le envió, perdido entre el montón de correspondencia que recibía el ya célebre inglés. La teoría en cuestión determinaba que existían unas características dominantes, que se expresaban fenotípicamente y unas recesivas, que en cambio tendían a no revelarse. Mediante las leyes que Mendel desarrolló se precisaba además la forma en que tales regularidades sucedían. Sobra decir que esto nos lleva directamente al estudio en genética y ADN contemporáneos.
          Como si fuera poco, la teoría de Mendel es lógicamente compatible con la teoría de la evolución por selección natural (y las otras formas de selección que la precisan) y científicamente se complementan. De forma que esta problemática dio como resultado un desarrollo teoréticamente más exacto y potente sobre las regularidades nomotéticas que rigen toda la naturaleza. 

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